domingo, 17 de março de 2013

Padre Jorge Mario Bergoglio

Acusado: Jorge Mario Bergoglio
Padre Jorge Mario Bergoglio



Bergoglio, papa / Los derechos Humanos

Cómo contó el Papa su actuación en la dictadura

En sus declaraciones judiciales, habló de sus reuniones con Videla y Massera para liberar curas, y del papel de la Iglesia
Por Hernán Cappiello  | LA NACION
Alcanzan cuatro horas de video y seis carillas para reunir lo que le dijo bajo juramento de decir la verdad el papa Francisco a la Justicia sobre la dictadura. Las dos veces que testificó en el lapso de un año afirmó que se reunió dos veces con Jorge Rafael Videla y Eduardo Massera para pedir por desaparecidos; que en Roma las autoridades eclesiásticas sabían de los secuestros de curas en la dictadura porque ellos lo informaban; que la recomendación del superior de los jesuitas era que ayudaran a quienes pedían ayuda para encontrar a sus familiares secuestrados, y que el escritor Juan Gelman le pidió que averiguara sobre su nieta nacida en cautiverio. Dijo que lo intentó, sin suerte.
Jorge Bergoglio declaró como testigo dos veces ante la Justicia: en la causa por los tormentos y las muertes que padecieron los secuestrados que pasaron por la ESMA, y en la causa por el robo de bebes durante la dictadura contra Videla, entre otros. La primera vez declaró oralmente en el Arzobispado de Buenos Aires y fue interrogado por todos los querellantes, que profundizaron las preguntas sobre su papel en el secuestro de los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics.
La segunda vez declaró por escrito, merced a un cuestionario que le envió el Tribunal Oral Federal N° 6.
LA NACION accedió a las respuestas del hoy Papa ante ambos interrogatorios, en las que describe parte de su actuación durante la dictadura.
En la causa ESMA, Bergoglio contó a los jueces del Tribunal Oral Federal N° 5 Daniel Obligado, Ricardo Farías y Germán Castelli, que una vez que Yorio y Jalics fueron liberados tras seis meses de cautiverio en 1976, "lo primero que procuró fue asegurar su integridad física, para lo que solicitó que no dijeran dónde habían estado y los sacó del país". Recordó que informó "a las autoridades, al obispo local y a Roma".
"En aquella época todo sacerdote que trabajaba con los pobres era blanco de acusaciones. Estaba instalado desde antes del golpe militar que los curas que trabajaban con los pobres eran considerados zurdos", testificó.
Relató que muchos curas estaban preocupados tras el asesinato del padre Carlos Mujica en 1974, y tomaban recaudos, como no ingresar a los barrios solos y de noche estar acompañados.
Jalics y Yorio querían armar una comunidad y Bergoglio se opuso. Dijo que lo hizo por una política de reordenamiento de la provincia.
Bergoglio dijo que nunca supo de un acuerdo entre la Iglesia y los militares para que en caso de que algún cura fuera secuestrado, se informara previamente al obispo.
Contó que supo del secuestro de Yorio y Jalics al día siguiente por un vecino. Que en esos días les habían revocado la licencia para oficiar misa, pero que él los autorizó a seguir haciéndolo.
Relató que se reunió dos veces con Massera y Videla para pedir por ellos.
La segunda vez que lo vio a Massera fue un encuentro tenso, según dijo. "No duró ni diez minutos y me dijo que ya le había informado a monseñor [Adolfo] Tórtolo", ex vicario castrense, muerto en 1986, acusado de justificar las torturas.
Con Videla, la primera vez le dijo que iba a averiguar, que creía que los tenía la Marina, y la segunda vez, se hizo pasar por el cura que dio misa en la quinta presidencial de Olivos para preguntarle. Allí la impresión que tuvo de Videla es que "se iba a preocupar más e iba a tomar las cosas más en serio".
Una vez que Yorio fue liberado, habló por teléfono con Bergoglio y acordaron que debía salir del país. Así fue con el secretario de la nunciatura, con una cobertura diplomática, al Departamento de Policía para conseguir pasaporte.
Cuando declaró sobre robo de bebes, al cardenal Bergoglio le preguntaron en particular por la desaparición de Elena de la Cuadra, que estaba embarazada en ese momento.
Bergoglio allí dijo que el padre Pedro Arrupe, superior de la Compañía de Jesús, recomendaba a toda su congregación que "en aquellas naciones donde hubiera dictaduras militares, que escucharan a todas las personas que se acercaran solicitando información y ayuda sobre la búsqueda de sus seres queridos".
Fue el padre Arrupe, de hecho, el que le pidió que ayudara a "ubicar sacerdotes desaparecidos, la atención de sus familiares y que hiciera las gestiones a mi alcance para conocer su paradero".
Recordó en su relato que estuvo con el padre de Elena de la Cuadra, a pedido de Arrupe, pero dijo que no recordaba que le hubieran dicho que la chica estaba embarazada. Dijo que después supo por los medios que ella había dado a luz estando cautiva.
Señaló en esa testimonial que la Iglesia, a través de la Conferencia Episcopal Argentina, hizo denuncias ante la junta militar sobre los desaparecidos. Y recordó que el escritor Juan Gelman lo fue a ver para que averiguara sobre el paradero de su nieta, que había nacido en cautiverio, hija de una nuera suya que había sido secuestrada.
El hijo de Gelman fue asesinado de un tiro; su mujer fue llevada a Uruguay en el marco del Plan Cóndor, donde dio a luz en el Hospital de Montevideo. Bergoglio le dijo a la Justicia que le pidió información sobre el secuestro al entonces vicario castrense Norberto Martina, de espíritu democrático en la fuerza. Luego de hacer averiguaciones, el obispo le transmitió que no había tenido éxito y Bergoglio se lo comunicó a Gelman.

STRASSERA: LAS DENUNCIAS SON UNA "CANALLADA"

Los cuestionamientos que recibió desde sectores del kirchnerismo Jorge Bergoglio tras ser elegido papa fueron repudiados ayer por el ex fiscal Julio Strassera, que tildó de "canallada" esas denuncias. Strassera, reconocido por la acusación en el histórico juicio a las juntas militares, atribuyó los ataques a la "megalomanía" de la Presidenta y de sus seguidores..

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